Hace unos días, Adam Peaty, que acababa de renunciar a los Campeonatos Británicos, anunció que tampoco participaría en los Mundiales de Fukuoka 2023.
Tricampeón olímpico, ocho veces campeón del mundo, poseedor de récords mundiales en los 50 y 100 metros braza, el pechista británico confesaba en redes sociales que su salud mental ya no le permitía ser eficiente.
Peaty fue aún más lejos este fin de semana en una larga entrevista con The Times. “Ha sido un viaje increíblemente solitario”, admite. “El diablo en mi hombro me decía: ‘Te estás perdiendo la vida. No eres lo suficientemente bueno. Necesitas beber. No puedes tener lo que quieres. ¡No puedes ser feliz!´ Entré en una espiral de autodestrucción, lo cual no me importa decir porque soy humano. Al decirlo, puedo empezar a encontrar respuestas”.
El británico, que volvió a los entrenamientos con el objetivo de clasificarse para los Juegos Olímpicos de París 2024 para lograr allí el mejor rendimiento posible, explica con detalle cómo se hundió en la depresión, cansado de una implicación en cada momento: “Llegué a un punto en mi carrera donde ya no me sentía yo mismo. No me sentía feliz mientras nadaba. No me sentía feliz corriendo, mi mayor amor en el deporte”.
Como grandes estrellas de la natación (Michael Phelps, Grant Hackett, Ian Thorpe, Missy Franklin, Allison Schmitt…) todos abatidos por la depresión, Peaty admite que no está curado, ni mucho menos. Pero él no se rinde. “La única razón por la que me he alejado de la competencia hasta ahora es porque, sinceramente, no sé por qué sigo haciéndolo. No sé por qué sigo luchando. Lo positivo es que me di cuenta de que había un por qué. Busco la respuesta”.
“Tenía mi mano en el botón de autodestrucción porque si no obtenía el resultado que quería, me autodestruiría. Cualquiera en su sano juicio sabe que pasar 18 años haciendo lo mismo es una locura. Tratando de encontrar pequeños márgenes año tras año, tratando de encontrar un 0,1% para hacerlo aún mejor. No hay límites para la dedicación y el sacrificio, los fines de semana y todo tu tiempo se dedican a la búsqueda de un objetivo, esa única oportunidad para la gloria olímpica. Una vez, tenía sentido. Dos veces fue una gran pregunta, y lo ha sido aún más últimamente, porque el año adicional de COVID ha sido realmente difícil para todos nosotros. ¿Una tercera vez? Es muy raro que lo hagamos, pero yo sigo aquí”.