Falto de confianza, el campeón olímpico de 50 metros en Londres 2012 llamó a su entrenador de toda la vida, James Gibson, para completar su equipo. Florent Manaudou está esperando la carrera que le permitirá liberarse.
El 16 de diciembre, el francés se proclamó campeón del mundo en el relevo mixto de 4×50 m estilo libre. Pero eso no es suficiente para su felicidad como cuádruple medallista olímpico. El nadador de 32 años atraviesa una fase complicada desde hace varios meses, y ha decidido ponerle remedio llamando de nuevo a su histórico entrenador, el británico James Gibson, que acude a aconsejarle junto a sus dos jóvenes entrenadores, Quentin Coton y Yoris Grandjean. El campeón francés explicó los motivos en las columnas de L’Equipe, titulada: “El problema es que lo gané todo”.
“Para mí, es uno de los dos mejores entrenadores de velocidad de todos los tiempos con Brett Hawke. Este proyecto con Quentin y Yoris es genial, pero nos hacemos muchas preguntas. Le hago muchas preguntas a Quentin cómo hago con todos mis entrenadores y él me hace muchas preguntas. Siempre nos cuestionamos a nosotros mismos, pero realmente no pudimos encontrar respuestas. Estaba buscando un guía, un tipo que me dijera: ‘Estoy seguro de que eso es bueno’. Cuando todo está bien, no hay problemas . Allí, lucho por encontrar mi nivel, y tan pronto como hay malos resultados, me pregunto si realmente tomé la decisión correcta para hacer esta sesión, en ese momento. Con James estoy más tranquilo, más confiado”.
Coton y Grandjean han aceptado este nuevo desafío, por lo que Florent Manaudou le da su opinión a James Gibson, ya que solo se han visto tres días durante dos meses. El nadador francés asegura que los entrenamientos no han cambiado mucho, pero que su nuevo entrenador le está ayudando mucho mentalmente. “Pedí no tener más tiempo en los entrenamientos para concentrarme solo en el camino”, explica Manaudou. De lo contrario, si tengo mal tiempo, querré flotar. No quiero saber si nado rápido, quiero saber si nado bien. Trabajo con un “tempo arrastrado” para reconstruir las cosas. “Veremos en Japón durante el Mundial en Fukuoka si la solución ha demostrado ser efectiva”.
