La seis veces campeona olímpica se retiró de la natación, despidiéndose con tres medallas más en París 2024 para llevar su cuenta total a 14, incluidas seis de oro, con una cosecha histórica en Tokio 2020+1.
Bangladesh es un país vibrante. Lamentablemente, puede ser un lugar extremadamente difícil para los niños, ya que la pobreza, los desastres naturales y las crisis sanitarias hacen que la vida diaria sea una lucha.
El país alberga a más de 170 millones de personas y es uno de los lugares más densamente poblados del mundo.
Emma McKeon, la deportista olímpica más condecorada de Australia y embajadora de UNICEF Australia, visitó Bangladesh para ver el trabajo de UNICEF en acción.
Describió su experiencia como “reveladora” y destacó el impacto transformador que esta labor puede tener en la vida de los niños.
“Este programa tiene una conexión muy estrecha conmigo y con la forma en que he pasado mi vida. En Australia tenemos un acceso enorme a aprender a nadar, mientras que muchos niños aquí no lo tienen”, confesó, marcando abismales diferencias en el mundo, también en nuestro deporte.
“Fue una experiencia que realmente cambió mi vida. Desde el momento en que llegué, me impactó la calidez y la generosidad de la gente”, dijo.
“Este proyecto crea un entorno seguro para que los niños de entre seis y doce años aprendan y se sientan cómodos cerca del agua mediante la construcción de un andamio de bambú sumergido en estanques para que los niños aprendan a nadar sin tener que adentrarse en aguas más profundas”, explicó.
Mientras que en Australia la mayoría aprende a nadar a una edad muy temprana, en los países del sur de Asia el ahogamiento es una de las principales causas de muerte entre niños y adolescentes . En Bangladesh, donde grandes extensiones de tierra permanecen sumergidas debido a inundaciones recurrentes, más de 15.000 niños pierden la vida cada año por ahogamiento, es decir, más de 40 niños cada día.
“Estas cifras me sorprendieron”, agregó McKeon. “Aunque no todos los ahogamientos se pueden prevenir fácilmente, la mejor herramienta que puede tener un niño es la capacidad de nadar”.
No muy lejos de la capital, Dacca, Emma visitó un programa SwimSafe, donde vio cómo UNICEF está trabajando con socios locales para ayudar a convertir el miedo en habilidades que salvan vidas.
Programas SwimSafe como este brindan capacitación a niños y adolescentes en todo Bangladesh, incorporando la natación como una habilidad de vida esencial para los estudiantes escolares , abordando la falta de acceso de las niñas a la natación y los deportes, y promoviendo la natación como deporte en el país.