Pocas personas en el mundo son las que saben cómo balancear entrenamientos y estudios. Pero admitamos algo: Este balance no sería posible sin el apoyo de algunas personas, entre ellos, nuestros amigos de la escuela. Aquellos que no entrenan con nosotros pero entienden este estilo de vida. Por eso, esta entrada, va dedicada a esos héroes sin capa.
Amigo de la escuela: En estos 10 puntos te quiero dar las gracias no sólo por sentarte junto a mi en la banca del coelgio, o hacer equipo conmigo para tareas y proyectos, también quiero agradecerte por:
- Entender que aunque muero por ir a todas esas fiestas contigo, también muero por pasar al Nacional y estar en las finales.
- Por escuchar mis inetrminables historias de natación aunque no las entiendas del todo.
- Por entender que aunque quiera ir contigo a comer después del colegio, también debo ir a entrenar si quiero hacer mi mejor tiempo.
- Por haberme ayudado con mis tareas o proyectos escolares mientras estaba de competencia.
- Por ayudarme (o pasarme, ¡ups!) una que otra tarea.
- Por seguirme invitando a eventos sociales aunque sepas que te voy a decir que no asistiré porque tengo entrenamiento.
- Por ser mi fan. Siempre me preguntas por mis competencias y cómo me fue.
- Por entender que hay veces que prefiero descansar y no es que no tenga ganas de estar contigo.
- Por perdonarme todas esas pijamadas que me he perdido para llegar a entrenar temprano al día siguiente.
- Por entender que cuando voy a tu casa siempre como de más; mi apetito no es el de una persona normal.
- Porque compartes esta locura conmigo y a pesar de todo me quieres.
Simplemente, gracias por ser amigo del nadador.