El histórico duelo y el balance de la natación olímpica en números

No fue la actuación dominante de los Juegos Olímpicos anteriores. Pero para los estadounidenses, no es necesario que suenen las alarmas.

De los siete relevos disputados, Estados Unidos ganó tres, Australia ganó dos y China y Gran Bretaña ganaron los demás. Los estadounidenses ganaron solo una prueba individual en el lado masculino que fue dominada por los europeos. Las mujeres estadounidenses ganaron cuatro pruebas individuales, empatando con las australianas.

Las ocho medallas de oro de Estados Unidos en la piscina fueron la cifra más baja desde que el equipo ganó exactamente esa cantidad en Seúl 1988, según repasa World Aquatics.

El francés Leon Marchand ganó cuatro oros individuales en París, mientras que la canadiense Summer McIntosh ganó tres; y ambos nadan en Estados Unidos para entrenadores estadounidenses.

Mientras tanto, la irlandesa Mona Mc Sharry y el canadiense Josh Liendo se han entrenado en el sistema universitario estadounidense y han ganado sus primeras medallas olímpicas.

No es que los estadounidenses estén empeorando: el resto del mundo los está alcanzando.

Cambio de paradigma

Durante décadas, Australia ha sido el principal rival de Estados Unidos en el deporte de la natación.

En 2017, después de dos actuaciones olímpicas decepcionantes en Londres 2012 y Río 2016, el entrenador nacional de Australia, Jacco Verhaeren, realizó un cambio clave en el proceso de selección para los principales eventos internacionales, acercando las pruebas de selección al evento principal.

El ex coach principal de la selección de Estados Unidos, Frank Busch, fue fundamental para ayudar a implementar este cambio en Swimming Australia .

Después de que Estados Unidos ganara 32 medallas de oro en dos Juegos Olímpicos frente a las cuatro de Australia, era necesario un cambio.

El plan estratégico de cuatro años también redujo el número de Centros de Alto Rendimiento de 14 a 9, aumentando el estándar del entorno de rendimiento diario para los atletas y entrenadores.

Este proceso se implementó por primera vez en 2018 para los Juegos de la Commonwealth, que Australia organizó en Gold Coast.

La verdadera prueba llegó más tarde ese mismo año en los Campeonatos Pan Pacific en Tokio. Allí, los australianos se enfrentaron a los estadounidenses en la ciudad olímpica de Tokio, así como a los mejores equipos de Japón y Canadá.

Aunque el encuentro fue más corto que unos Juegos Olímpicos o un Campeonato Mundial (las eliminatorias y las finales se extendieron durante cinco días en lugar de una ronda de semifinales adicional que extendió el programa olímpico a ocho días), Australia arrasó en los relevos femeninos en Tokio, así como en el relevo combinado olímpico.

Fue una señal prometedora para el equipo australiano que sólo había ganado dos relevos en los dos ciclos olímpicos anteriores.

Cuando llegaron los Juegos Olímpicos de Tokio 2020+1, la selección australiana contaba con su equipo olímpico más formidable desde Pekín 2008. Emma McKeon, Kaylee McKeown y Ariarne Titmus ganaron dos medallas de oro individuales cada una, mientras que Zac Stubblety-Cook fue el único medallista de oro masculino.

Las nueve medallas de oro que ganó el equipo en Tokio fueron la mayor cantidad desde que ganó ocho en casa en Melbourne 1956.

El proceso funcionó y el impulso se mantuvo durante los tres años siguientes.

En el Campeonato Mundial de Natación Fukuoka 2023, Australia venció a Estados Unidos en medallas de oro con 13 medallas frente a las 9 de los estadounidenses. Fue la primera vez que los estadounidenses no ganaron en oros  en un Mundial o en unos Juegos Olímpicos desde el Campeonato Mundial de 2001, también en Fukuoka.

Esto preparó el terreno para un emocionante enfrentamiento en la piscina de París.

Kaylee McKeown volvió a ganar los 100 y 200 m espalda en París, mientras que su compañera de equipo Ariarne Titmus defendió los 400 m libre y Mollie O’Callaghan ganó los 200 m libre.

Por los estadounidenses, Torri Huske ganó su primer oro individual en los 100 m mariposa, mientras que Bobby Finke defendió sus 1500 m libre de Tokio 2020 y su compañera de entrenamiento Katie Ledecky ganó los 800 m por cuarta vez y defendió también su oro en los 1500 m.

Los estadounidenses vencieron por un estrecho margen a los australianos en el recuento de medallas de oro por 8 a 7, gracias a dos en el último día. Pero los australianos han acortado la brecha, gracias al cambio cultural que comenzó en 2017.

Aunque el recuento de medallas de oro no estaba en la mente de los nadadores estadounidenses y australianos en la piscina, el medallero fue celebrado por los fanáticos en casa.

Ahora, la atención inmediata se centra en los Campeonatos Mundiales Singapur 2025, con el objetivo final de los Juegos Olímpicos Los Ángeles 2028.

El futuro

La rivalidad entre Estados Unidos y Australia no va a desaparecer en el corto plazo. Aunque el resto del mundo se está poniendo al día, las dos naciones siguen siendo el modelo de excelencia.

En el Campeonato Mundial de Natación Juvenil del año pasado, Estados Unidos ganó cinco de los ocho relevos, mientras que Australia ganó los otros tres.

De cara al futuro, los próximos dos Juegos Olímpicos se celebrarán en Estados Unidos en 2028 y Australia en 2032.

Los Juegos Olímpicos de 2028 serán la primera competición importante de piscina larga que se celebre en Estados Unidos desde Atlanta 1996, y muchos de los nadadores estadounidenses veteranos esperan aguantar un ciclo olímpico más para tener la oportunidad de nadar en sus propios Juegos Olímpicos.

Brisbane 2032 será la primera competición importante que se celebre en Australia desde que los Campeonatos Mundiales Melbourne 2007.

 

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