Fluye Con El Agua Y Disfruta

by Juan Yun 0

May 06th, 2021 Español

Hace mucho tiempo, cuando estaba dando mis primeros pasos en el deporte de la natación, estando en una piscina de verano con familiares y amigos, uno de mis primos me propuso una carrera. A ver quién era más rápido en un largo de piscina. La verdad, a mí nunca me ha gustado correr ( por así decirlo ) en el agua, competir ( tampoco fuera del agua, mi espíritu competitivo va por el camino del disfrute, la diversión, el placer y la salud más que por el resultado de la victoria ).

Pero a fuerza de insistir mi primo, accedí. Es una anécdota sin importancia que a mí me sirvió para confirmar lo que ya sabía. Que correr en el agua, aunque sea de forma lúdica e intrascendente, es muy incómodo y a mí me genera mucha tensión, aunque nade bien. Con los años he podido comprobar que no solo a mí.

Cuento esto, porque es importante saber que nadar no solo es hacer largos y largos y además corriendo, como si tuviéramos prisa. La natación no es solo competir o un deporte para hacer ejercicio como otro cualquiera, es mucho más.

Creo que el aprendizaje tradicional de la técnica de los estilos que aplican, todavía, muchos instructores de natación va orientado hacia el puro trabajo repetitivo, físico, y por supuesto a la técnica. La técnica, para nadar razonablemnente, es fundamental, pero no lo es todo.

La técnica va encaminada al objetivo primordial de nadar mucho sin cansarte demasiado. Si el agua ofrece una resistencia, con la técnica intentamos minimizar esa resistencia al máximo, para no agotarnos en los primeros largos.

Esta obsesión, normal, por otra parte, de los técnicos porque sus alumnos naden lo mejor posible es casi inevitable. Yo también caí en ese tipo de enseñanza durante bastantes años. Pero nos equivocamos si seguimos por ese camino.

Repetir hasta la extenuación la patada de crol de forma mecánica o hacer miles de  brazadas con la tabla hasta aburrirnos, solo tiene sentido si el planteamiento es puramente utilitario-competitivo. Esto es lo que se establece, en general, en los cursos de natación para adultos. Pero, si bien, ese planteamiento es necesario para aprender a nadar, no debe ser el único.

Existen otras formas de planear las clases de natación. La educativa, la utilitaria, la recreativa, etc. Incluso el planteamiento técnico lo podemos modificar, para los grupos de edad adulta, y dirigirlo, no tanto a la enseñanza de la pura técnica, como a una enseñanza más enfocada a una relación amigable con el agua.

El objetivo de este planteamiento consistiríaen entender mejor “cómo funciona” el agua, desde el punto de vista de las sensaciones,  para obtener un mayor beneficio integral, es decir, físico, mental, sensorial y emocional. Buscando más, las buenas sensaciones con el agua, tratarla bien. Llevándote bien con ella, ella te responderá con la misma moneda. Esta forma de ver el agua no va reñida con un nado correcto. Todo lo contrario.

Desde este punto de vista, evitaríamos la repetición mecánica de los movimientos y buscaríamos la toma de conciencia de los propios movimientos y de las sensaciones que nos aporta el agua mientras nadamos.

En vez de buscar hacer muchas brazadas y de forma rápida para hacer un largo y otro, es preferible hacer pocas más lentamente, pero tomando conciencia de cómo estoy moviendo mi cuerpo y qué sensaciones me está dando el agua ante esa acción. Pensar, concentrarse, tomar conciencia y sentir el agua.

Suele venir gente a mis clases que sabe nadar pero no está  a gusto nadando. Algunos han recibido una buena enseñanza técnica y nadan bien, pero nadan muy rígidos y no se sienten cómodos. Sufren en el agua. Cuando van a nadar es, casi, más una obligación que un tiempo bien empleado en mantenerse en forma pero disfrutándolo al mismo tiempo.

Tenemos que empezar a pensar más en gozar del agua, sentirnos bien en ella, estar a gusto con ella. Sentir que sea el agua la que “nos lleva”, la que nos ayuda. Verla como nuestra amiga, nuestro mejor aliado, y no tanto como una resistencia que hay que vencer o un ostáculo que hay que superar.

Para conseguir este cambio de visión, buscando una nueva forma de tratar el agua como un medio que nos ayuda y no como un obstáculo con el que luchar, los profesionales de la enseñanza acuática tienen que cambiar la visión de sus clases. A su vez, los alumnos olvidarse, por un rato, de que el agua es un medio para competir o para correr o para hacer, simplemente, ejercicio físico. Pero trabajar esta nueva forma de ver la natación, depende mucho de los instructores de natación.

Tenemos que aprender a ver el agua de otra manera. Una manera más amistosa, más integradora, más inteligente. Solo así disfrutaremos del agua plenamente.

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